Jaze: “Quizá no es para tanto”, la madurez que aflora
- Diego Cadillo
- 18 sept
- 2 Min. de lectura

Desde que empezó su carrera como freestyler, Juan Carlos Iwasaki La Puente, mejor conocido como Jaze, ha sido un nombre obligado para entender los movimientos más interesantes del rap y la música urbana en el Perú. Campeón de la Red Bull Batalla de los Gallos Perú 2018 y de God Level 2019, supo
hacerse un espacio entre versos improvisados para luego transitar hacia un camino propio como cantautor.
Con Quizá no es para tanto (2025), su tercer álbum de estudio, Jaze parece haber alcanzado una nueva cima de introspección y coherencia artística. Una de las particularidades de este disco es la manera en que se construyó. A diferencia de trabajos anteriores, no partió de un concepto claro ni de un nombre preconcebido, sino que se fue armando con canciones que “llegaban” a él, piezas nacidas de impulsos y sensaciones más que de estructuras calculadas. La canción que terminó por dar nombre al álbum comenzó como una nota de voz guardada por años, hasta que encontró su momento justo, condensando el pulso del disco: una reflexión serena ante la vida, los altibajos emocionales y la capacidad de ver lo cotidiano como fuente de inspiración.
En lo sonoro, Jaze explora más allá del rap puro y se adentra en territorios de pop, reggae, melodías suaves, guitarras y una producción más artesanal. El álbum reúne once canciones, entre las que destacan colaboraciones como la de Willy Rodríguez de Cultura Profética en El vino y el tiempo, Caloncho en Pensé en ti y Elsa y Elmar en Un mensaje de voz. Las letras oscilan entre el amor, el desamor, la ansiedad y las dudas existenciales, pero siempre con un tono íntimo y personal, lejos del artificio. En este disco, Jaze se muestra más como músico que como rapero, una afirmación que él mismo ha señalado en entrevistas recientes, y que confirma la autenticidad de su proceso creativo.

Quizá no es para tanto se siente como un punto de inflexión, no solo porque consolida su transición del freestyle hacia un lugar propio dentro de la canción, sino porque lo posiciona como uno de los cantautores urbanos más interesantes de la nueva generación peruana. Mientras muchas propuestas actuales apuestan por lo inmediato y lo comercial, Jaze ofrece un trabajo honesto que busca lo duradero, una obra que invita a la escucha pausada y que parece recordarnos que, en un mundo de urgencias, lo simple puede ser suficiente. No es un disco perfecto, pero sí uno necesario, un retrato sincero de un artista que se permite crecer, respirar y mostrarse con vulnerabilidad.
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